En general, mantener unos hábitos alimentarios correctos ayuda a prevenir enfermedades, permite el buen funcionamiento de todos los órganos, aparatos y sistemas del organismo, y proporciona la energía necesaria para practicar actividad física.
Los hábitos alimenticios se adquieren de forma progresiva desde pequeños. En esta labor adquiere fuerte influencia los hábitos de los adultos del entorno inmediato. Por ello para inculcar costumbres nutricionales sanas a los niños/as, los adultos deben poseer estos hábitos y practicarlos para que el niño/a los imite.
Las guías alimentarias
Son la transformación de los
conocimientos nutritivos científicos en reglas prácticas para elaborar dietas
sanas y adecuadas.
La guía más fácil de entender es la PIRÁMIDE ALIMENTICIA . No es una prescripción rígida, sino que permite una gran
variación dentro de los grupos de alimentos. En la base de la pirámide se
encuentra el grupo de alimentos que hay que consumir diariamente en mayor
cantidad, conforme se asciende de piso los grupos de alimentos deben
consumirse en menor cantidad.
Los grupos son:
- Cereales,
pan, pasta, tubérculos.
- Frutas,
verduras y hortalizas.
- Leche
y derivados.
- Carnes,
pescado, huevos y legumbres.
- Grasas
aceites y dulces.
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